La proteína estructural conocida como tubulina juega hoy en día un papel fundamental para el diagnóstico de la enfermedad de la depresión.
Científicos estadounidenses han investigado midiendo la cantidad de esta proteína en el cerebro comparando entre personas sanas y las fallecidas por suicidios, pero los resultados fueron similares. De todas formas, lo que se descubrió es que aquellas personas que sufrían esta enfermedad, contaban con menor cantidad de tubulina en las balsas lipídicas (estructuras grasas que flotan en la membrana celular y que intervienen en un gran número de funciones celulares).
En las personas con depresión, la forma modificada de tubulina no funciona de forma correcta para generar cAMP, una molécula necesaria para el envío rápido de mensajes en el cerebro. Esto hace que no cuenten con cantidad suficiente de cAMP en sus cerebros, lo que desencadena finalmente la enfermedad.
Este hallazgo permitirá un diagnóstico más certero de la enfermedad y abre una nueva línea de posibles tratamientos o medicamentos antidepresivos.